Cuando llegué a Arija, Kepa me acompañó hasta donde la encontró días atrás. Era una zona que había quedado encharcada con la crecida del embalse. Al momento de llegar, vimos un movimiento furtivo de un pequeño animal que fue a esconderse entre la maleza, ¡¡era la polluela!!¡¡BIMBO!!
Tras esperar un poquillo, empezó a salir de su escondite. Nosotros estábamos a cierta distancia para no incomodarla, pero totalmente a la vista. Me impresionó bastante su carácter despreocupado hacia nuestra presencia.
Después decidimos movernos por las entradas del embalse en busca de ardeidas.
Llegamos a una zona donde unas 11 garcetas grandes, 2 garzas reales y 3 garcillas bueyeras habían elegido como dormidero.
Garceta grande (Ardea alba) garcilla bueyera (Bubulcus ibis) y garza real (Ardea cinerea) |
Hasta la próxima aventura
El pajarero medinés